Tristemente cuando hablamos de las “ías” en Colombia no nos referimos a la inteligencia artificial, sino a todo lo contrario. Las “ías” son más bien la torpeza artificial del Estado; la Procuraduría, la Contraloría y la Fiscalía.
Digo torpeza porque a pesar de que estas tres entidades tienen como finalidad cumplir con propósitos loables para la sociedad, ninguna de ellas las cumple a cabalidad. Por el contrario, son una fuente de desperdicio de los recursos públicos, de clientelismo, corrupción y de ineficiencia para el sistema judicial. Este es uno de los más emblemáticos casos donde la teoría de la política va en contravía de la praxis política.